viernes, 16 de septiembre de 2011

MUXIA Y FISTERRA

He dormido mal mal mal. Hacía un calor insoportable (como ahora) y eso que estaban las ventanas abiertas. Tenía tanta sed, que al final tuve que bajar de la litera. Lo siento por la de abajo. Fui como un gatito, súper discreta. Creo que he desarrollado una nueva patología: sed crónica. Nada de lo que bebo me sacia la sed. Empiezo la mañana con la tripa plana, y a medida que avanza el día, acabo hecha una bola. Bebo y bebo, y bebo, y bebo... Y como no expulso todo lo que bebo, pues ya está. Seguro que el lunes ya se me cura lo de la sed. Vaya mierda.
La ropa que lavé ayer está igual de mojada que cuando la tendí. O más, diría yo.
Para qué me dicen nada... Hablando con una chica del albergue, me pregunta si voy a Finisterre o a Muxia. Contesto que voy a Finisterre, y que según vea, iré a Muxia. Me dice que Muxia es muy bonita también. Que hay una piedra, que depende de quien se suba encima, la piedra se mueve. Cuenta la leyenda que en esa piedra se posó la virgen para guiar al apóstol Santiago ante su barco que naufragaba o algo así. Esta piedra se mueve dependiendo de la persona, y según la voluntad de la virgen ante determinados propósitos. Estas cosas me ponen los pelos de punta. Se llama "La piedra de abalar". Qué interesante!!!!, pienso.
Pues nada, ya que estoy, voy a Muxia y luego a Finisterre.
Voy al bar donde cené ayer. Encuentro a mi vecina de litera (la de abajo) desayunando. Me siento con ella. Es de Tenerife y va en bici. Venía con un amigo y este ultimo tramo lo hace sola también. Desayunamos tostadas con café con leche, charlamos un ratito, y ella sale antes que yo.
Cómo me cuesta empezar por las mañanas. No arranco hasta que no empiezo a sudar.
La etapa no es muy interesante. El paisaje estupendo, como toda Galicia, pero nada reseñable. Como ya os dije ayer, no sé si es que ya estoy petada, o este ultimo tramo a Finisterre, es duro de narices. Como ya me he demostrado a mí misma, que puedo con altos, puertos, cruces y o'Cebreiros, no me mato. A la que me cuesta un poco, me bajo y empujo. Ya he currado bastante, ahora voy de "relax".
Hace un día guapo también hoy.
Me llama la atención un burrito. Lo veo ahí en medio de un prado verde. Está atado con una cadena. Se me queda mirando. Tiene la carita triste y llena de moscas. Es mi Tótem. Me quedo un rato mirandolo fijamente mientras él también me mira. Me da una pena... Ahí todo solo... Estoy por ir a acariciarlo, pero igual me embiste... Me voy con pena en el cuerpo.
Hoy he ligado. Como aquí las flechas escasean (o igual es que ya ni las veo), me pierdo. Veo a un señor de unos 50 años. Le pregunto por dónde se va. Me dice que no es de aquí y me pregunta de dónde soy yo. De Barcelona, le digo. Y me pregunta, "Soltera o casada?" em...... "y cuántos años tienes?" y yo " muy joven!!" y me fui pitando. Me dió cosa, no sé. Al final le pregunté a una señora y me indicó. La señora era para darle un achuchón. Muy viejecita, con el pelo blanco, llena de arrugas, esos ojos pequeños y penetrantes, mellada, sentadica en la puerta de su casa... Si es que me encantan. Son adorables. Igual que los abuelos. Inclinados unos 45º hacia sus bastones, la mayoría con sus boinas, y mirándote sonrientes o boquiabiertos. Muchas veces tienen perros alrederor. Son amorosos, a mí me dan ganas de abrazarlos.
Hablando de perros, ya no me asusto casi, cuando salen corriendo y ladrando detrás mío. Al principio pegaba unos botes, que no sé cómo no me hostiaba. Y hablando de perros, no le hice una foto, pero era buenísimo! Un perro acostado en un montón de cebollas! Qué hacía el perro ahí?
Me he encontrado a un señor que hacia el camino al revés, un poco desorientado. Dice que está bastante mal indicado y me pregunta por dónde he venido. Le explico. Me cuenta que anoche llegó una chica al albergue, llorando y desesperada. La pobre se perdió, y tuvo que subirla un coche al albergue. Qué miedo. No entiendo que con la de gente que hay que hace el camino al revés, no pongan más indicaciones.
Este señor me ha comentado que te ponen muchas pegas para darte la muxiana y la fisterrana. Al parecer, le preguntaron cómo era el acceso a Lires, un pueblo. Le pidieron descripciones de algunos sitios, para comprobar si realmente había pasado por ahí. Me recomienda que vaya sellando la credencial.
Haciendo caso al señor, me paro en Dumbria a tomarme un café y que así me pongan un sello. El bar no tiene sello. Me dice que vaya al ayuntamiento y allá voy. Con toda mi simpatía le pido un sello y me pone cara de "y ésta palurda?" con una medio sonrisa, pero como de compasión o algo. Jajaja.
Sigo adelante y el calor sigue apretando. El camino sale varias veces del bosque para meterte por carretera. Es constante. Hace que no tengas la monotonía de siempre camino ni siempre carretera.
De un momento a otro, espero ver el mar de golpe, tal y como había oído. Me vuelvo a equivocar otra vez y me meto por otro sitio. Veo la playa a lo lejos, antes de tiempo. Me entran escalofríos ya que hacia un momento estaba en pleno bosque, y ahora veo el mar. Me encanta el mar.
Subo una carretera y veo a un señor con botas de agua (de pescador) a punto de subirse en su moto de hace 30 años con su casco de hace 30 años. Le pregunto si voy bien, y me dice que no. Que la carretera acaba ahí. Tengo que dar la vuelta. No me importa equivocarme ya que de esta manera, veo lugares y cosas que no hubiera podido ver si hubiera seguido el camino correcto. Lo que veo me encanta. Una playa preciosa.
Vuelvo a retomar el camino correcto y finalmente llego a Muxia. Llego a ella a través de un camino de madera, de los de playa. La arena es tan blanca en el ultimo trozo antes de entrar, que hasta me deslumbra con el sol. Es increíble la sensación de oler a pino y de golpe, mezclarse el olor del mar. No es nada del otro mundo quizás, pero como el mar me fascina, lo encuentro interesante.
En el paseo marítimo me encuentro con la chica de Tenerife. La saludo y me dirijo a la oficina de información. Pregunto por la piedra de abalar y por la muxiana. Me dice que en bici no se da, pero que hará una excepción. (Más tarde me entero de que se da tanto en bici como a pie). Cuando le pregunto la manera de ir a Fisterra, me dice: "Ah! Pero aún no has ido?" y yo "No!". Total, que después de cara de incertidumbre me dice: "-Bueno, te la doy, pero igual me meto en un lío..." Y yo: "-Nada nada! Te prometo que no digo nada a nadie!" (Luego también me entero, de que sí me la tienen que dar, aunque el fin del camino no sea ahí, es decir, si llego a Muxia, independientemente de si voy o no a Finisterre, me tienen que dar la muxiana, y viceversa.)
Voy a la iglesia donde están las piedras esas que se mueven. Son rocas enormes, donde las olas rompen. Hay 3 o 4 con diferentes significados cada una. Recuerdo una por la que tienes que pasar 9 veces por debajo para curarte de cualquier problema que tengas en la espalda; hay otra que se llama "dos enamorados" o algo así; y luego está la de abalar. Me subo a ella y nada, no se mueve. Me voy a comer al paseo marítimo. Por 9 euros devoro unos macarrones a la bolognesa y de segundo, restos de pescado frito. digo restos porque hay un pez entero, y luego trozos sueltos. Desconozco el tipo de pez que es, pero me lo como todo. De postre un rico helado. Corriendo voy a pagar y empiezo el último tramo a Finisterre.
Se me olvida contar, que mientras como, se me acercan 2 señoras y me dicen: "Anda!! Qué alegría nos ha dado verte! Te acuerdas de nosotras?" me quedo un rato pensando y no caigo. Al final  me doy cuenta que son 2 señoras que iban con sus maridos y con los que me crucé el día anterior. Me reconocieron por la bici, al menos eso dijeron, pero creo que más bien me han reconocido por la peregrina. Causa furor allá donde voy. Se alegran mucho de verme y me lo dicen, y se marchan a comer con sus maridos.
Desde Muxia a Finisterre hay unos 27 km. Son las 16h y voy de culo. Se me hace eterno. Subidas y bajadas. Subidas y subidas. Hoy también me veo durmiendo en el bosque, pero con el miedo de que me coman los lobos, tal y como me advierte una anciana adorable. "Vas soliña? A ver si te comen los lobos..." No señora, espero que no! Por suerte no hace tanto calor. El sol está escondido tras las nubes.
Casi a las 19h llego por fin. El albergue cuesta 5€. Cuando llego hay dos japonesas y un chico sirviendo su cena. Qué pinta. Me entra un hambre de mil demonios. Me dan mi fisterrana y me voy a mi cama. Las camas están súper pegadas, es un poco claustrofóbico.
Harta de la pastilla de jabón inocua, voy al súper y me compro un bote de gel y una esponja de bebé. Me pego la ducha más placentera de mi vida. Echo un buen chorro de gel en la esponja, y me embadurno de rica espuma. Un olor relajante, afrutado, limpio... Necesitaba frotar mi piel con algo que no fuera una pastilla de jabón. Vuelvo a echar más jabón. (Luego me tiro media hora para aclarar la puñetera esponja). Tras la ducha, entablo conversation con una australiana. Me cuenta (todo en inglés) que ha venido con su pareja, pero que seguro que lo manda a freír espárragos. Está harta de él. La pobre tiene mal el pie, y la está "obligando" a caminar más km de los necesarios. Es Michelle. Es encantadora y preciosa. Que se busque otro novio, le digo.
Armando, el chico del albergue, me dice que es de Madrid, y que lleva 4 meses viviendo en la playa. Pero lo que es "vivir en la playa". Se va a la arena con su saco, y ahí vive. Qué gente te encuentras por aquí. Me propone ir a ver la puesta de sol. Lo hacen cada día, y tocan la guitarra, cantan... Debe de ser bonito, pero estoy muerta y hambrienta. Y además, luego me doy cuenta que hace un frío considerable.
Ceno una sopa de marisco que está tremenda, y luego una merluza a la gallega, un pelín sosa, pero deliciosa. El camarero, un hombre calvo y con bigote, es encantador. Me ofrece un taxi a Santiago, por lo mismo que me cuesta el bus (12.50€) pero le digo que esa noche me quedo ahí. Cuando me marcho me dice que clientas como yo le alegran el día a uno. Yo le digo, que camareros como él, lo mismo.
Llego al albergue y me piro a la cama. (Intenté escribir el blog, pero me quedé sin batería, para no variar)

(((((luego escribo lo de hoy))))))
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2 comentarios:

  1. Con lo simpatica que eres y tu sonrisa como no vas a ligar curri...ya echaba de menos tus escritos. Un beso y buen viaje de vuelta.

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  2. Oye y eso de la piedra que se mueve?. Yo creo que, si me subia yo si se movia, pero por el peso.;)

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