viernes, 23 de septiembre de 2011

Gente guay que he tenido el placer de conocer. Me ha encantado conoceros!




Enric (Absolut) de Mallorca, majísimo!





Luis, Javi y no me acuerdo de los otros 2. Bomberos de Requena. Divertidos y guapos.

Carlos, de Murcia. Un encanto.

Mi paisano Marc, un crack! (No podías faltar tú)

MIS REFLEXIONES


Hola a todos/as.
Quería escribir esta última entrada para plasmar mis impresiones sobre esta gran aventura.
Como ya habréis apreciado en mis entradas, he disfrutado un montón.
Aunque suene a tópico y un poco poético y cursi, el Camino es otro mundo; otra dimensión. A no ser que se tengan problemas realmente serios, cuando estás en el camino, estas tonterías que en el día a día te quitan el sueño, te amargan los días, te “deprimen”, pasan a un segundo plano. Te acuestas cansado pensando en todo lo que ha pasado durante el día, y te levantas con ganas de empezar una nueva etapa, una nueva aventura.
No existen razas, ni clases sociales, ni edad ni sexo. Da igual que seas médico, ingeniero, policía, limpiador, telefonista o que estés en el paro... En el camino todos son uno. Todos vestimos con zapatillas de deporte, pantalones cómodos, camiseta cómoda. Cuando llueve, todos llevamos esos horteras chubasqueros, dormimos en sacos de dormir, nos tiramos al suelo cuando estamos cansados… No existe la barrera del idioma, porque querer es poder y aquí este dicho se lleva a cabo de verdad. De una manera u otra, te entiendes con la gente, venga de donde venga. Los corazones se abren. En plena ciudad, si vemos a alguien en apuros solemos pensar “bueno, ya vendrá otro a ayudarlo”; en el camino, pierdes el culo por echar un cable a quien sea y por compartir lo que tengas. Eres capaz de sentarte en una mesa, de cualquier bar, restaurante, parque… con alguien que no conoces. En la vida normal, esperarías a que esa mesa estuviera libre. Aquí no. Sabes que todos están ahí igual que estás tú y te identificas con cada uno de ellos pese a que tengan distintas razones por las que hacer el Camino. Empatizas con la gente.
Qué decir de los paisajes. Incluso las llanuras de León, tienen también su encanto. Lo malo de ir en bici, es que nos perdemos muchos detalles que, seguramente, yendo a pie no se nos escaparían.
Me ha encantado. He disfrutado de cada uno de los días, con sus paisajes, sus pueblos, su gente y como no, su comida. He comido realmente bien. Además he tenido la gran suerte de que el tiempo acompañara. Todos los días ha hecho un sol espléndido. Solamente ha llovido un día, lo justo para poder estrenar mi chubasquero, y para poder disfrutar de la lluvia. Una zona llana, sin barro, y oyendo caer la lluvia, mojando levemente mi cara y viendo las babosas y los caracoles arrastrarse por el camino, y otorgando al paisaje ese color y olor característicos de un dia de lluvia. (Me encanta la lluvia)
No he tenido ni un contratiempo. No he pinchado, no he perdido ningún autobús; el vuelo, por unos 20€ fue perfecto; no me han robado. Solamente he perdido un guante y como dice el refrán, “no hay mal que por bien no venga”, me vino bien para comprarme unos mejores y más bonitos. Envié la bici el sábado, y el martes ya la tenía en casita en perfectas condiciones.
Tema económico, no es algo que salga muy caro. Todo depende de dónde durmamos y de dónde comamos. Si tenemos un presupuesto ajustado, siempre podemos recurrir a las cocinas de los albergues y hacernos nosotros mismos la comida. También es una buena manera de relacionarse con la gente, y se puede hacer un monumental banquete entre todos, entre 3 o 4, o para uno solo.
Tema bici… Qué os voy a contar que no haya quedado ya reflejado en el blog. Por supuesto que con una bici de montaña con suspensión de la buena, frenos de disco, etc,  la cosa puede ir mejor, pero doy fe, de que la bici no es lo esencial para hacer el Camino en bici. Ya véis la bici que tengo yo, una híbrida, nada deportiva. Pues se ha portado genial. He podido hacer perfectamente tramos que también han hecho otros con una MTB, y no he podido hacer tramos que tampoco han podido hacer con una MTB, por falta de fuerzas o por tratarse de terrenos impracticables. (Que conste que todo lo he hecho por camino original, salvo un par de excepciones). Quiero hacer hincapié en esto, porque para mi llegó a suponer un problema al principio dado que la gente me desaconsejaba ir con mi bici. Chicos, chicas, no hay problema. Tengáis la bici que tengáis, lo que realmente cuenta sois vosotros, vuestras piernas, y lo más importante, vuestra mentalidad. Si crees que puedes, podrás. No hay más. Llegar, llegaréis.

Os recomiendo el albergue “Acacio&Orietta”, “Convento de San Antón” (ojo si vais en invierno, porque no hay agua caliente ni luz.) Me han hablado muy bien del albergue parroquial de Villafranca del Bierzo (pueblo muy bonito, por cierto). No recuerdo el sitio de la fantástica tortilla en Sarria, sólo sé que está justo enfrente del ayuntamiento, en el bar que hace esquina. Si podéis, id a Muxía y/o a Finisterre, vale la pena aunque solamente sea por alargar la experiencia un par de días más. Mejor que vayáis a Fisterra primero y luego a Muxía, y no al revés. Los paisajes impactan más de la primera manera (un "fallo" que cometí). Por supuesto os recomiendo el restaurante “O Tearrón”, en Finisterre. Comida y servicio de lujo.
Intentaré hacer un apartado con  los albergues en los que he estado, con sus precios y fotos. También haré un listado con las cosas que no me volvería a llevar. Espero que os haya gustado el blog, gracias a los que me han seguido y comentado. A los que tengáis pensado hacerlo, espero que os ayude. Se lo recomiendo a todo el mundo. Es una experiencia maravillosa.
Gracias!

sábado, 17 de septiembre de 2011

FOTOS

Monumento al galleo emigrante.

Carne asada del restaurante Tearron. Exquisita.

Playa.


FOTOS FISTERRA

Faro.


Puerto de Fisterra.


Ancla de un barco naufragado.


Visita al faro

Hoy si que he dormido mal. Bueno, apenas he dormido. Me acuesto, y sobre la 1h, me despiertan los guiris medio ebrios que vienen de tomarse algo. El problema? Que no hay hora de cierre. Un gilipollas se sube a su litera pisando mi colchón!!! Será inútil! Si me llega a pisar el pie se la lío. La gente no tiene cuidado de nada, ni en Pekin ni en pokon. Cae muerto en la cama. Como cuando vas piripi y caes a plomo? Pues eso, enseguida se queda k.o. Del medio cabreo me desvelo un poco pero nada, vuelvo a dormirme. A las 3h me vuelve a despertar otro guiri. Cae a la cama y al poco rato empieza a roncar. Bueno, digo roncar por decir algo, porque mas bien parecía que se estaba estropeando. (Ríete mama, de cómo ronca el papa). Encima, empieza a oler a alcohol. Si es que lo tengo justo al lado. Alargo la mano y casi lo toco. Los ruidos que emite son tales, que me vuelvo a desvelar. Empiezo a hacer el "clasc clasc" típico que se hace cuando alguien ronca. Nada, el tío sigue. Me hago una cabaña con la almohada sobre mi cabeza. Nada. Cojo mis auriculares y por fin me quedo dormida. A las 5.30 el desgraciao me vuelve a despertar. Ya parece que vaya a explotar. La desesperación que me entra es tal, que me dan ganas de asfixiarlo. Ir lentamente a su cama, y aplastarle la almohada contra su cara!!! Sigo con el "clasc clasc" pero nada, empiezo a moverle el colchón tímidamente con la mano. Nada. Noto tensión en la habitación. Más gente se ha dado cuenta. Se acerca uno de la otra punta (imaginaos yo, que estaba justo al lado), con la linterna en la mano buscando al que emitía ese ruido. Da con él. Se queda un rato enfocándolo, mirándolo y poniéndolo de vuelta y media, que aunque no entendiera lo que decía, no creo que fuera algo como "míralo angelito, cómo duerme". Se va de la habitación. El tío sigue y sigue y yo ya harta, empiezo a meterle patadas al colchón. Se calla. Empieza otra vez, y otra vez sigo endiñándole patadas al colchón. Ni flowers. Me vuelvo a poner la música y por fin vuelvo a dormirme.
Preparo todas mis cosas y bajo a desayunar al bar en donde cené ayer. El señor me dice "buenos días Irene!!" Qué majo oye! Como es ritual ya, tostadas y café con leche. Qué bien se está desayunando al lado del mar, con sus barquitas, sus pescadores, el sonido de las gaviotas, el sol recién salido y reflejándose en el mar...
Le pregunto al hombre si puedo dejar ahí la bici, si es seguro, y me dice que nunca pasa nada, pero que mejor la deje atada. Las alforjas se las puedo dejar ahí en el bar. Perfecto. Estoy libre de cargas y me puedo ir a ver el faro.
Son unos 3,5km. Hace un día perfecto también. Voy subiendo toda la carretera mientras veo el mar. Os he dicho que me encanta? Tan misterioso, inmenso, apacible pero a la vez salvaje y peligroso... Siempre me acuerdo de una canción que me cantaba mi hermano de pequeño: "Caracola, caracola, ten cuidado con la mar, no vayas de noche sola que te puede traicionar, que te puede traicionar y envolverte entre las olas, caracola, caracola, caracola..." Es cierto, parece tranquilo y dócil, pero en cualquier momento te arrastra y nunca mas sales de él.
Bueno, llego al puñetero faro. Buscando buscando, no lo encuentro. Pregunto y me dicen que está ahí. Cómo? Eso es el faro? Tantas ganas de verlo, para encontrarme un edificio de una única planta, con una luz arriba, el faro. No es que sea ni bonito ni feo, es que no es lo que yo me esperaba. Te venden que es un faro de esos altos, como los de las pelis. Es más, la mayoria de las figuras que hay que venden como faro de Fisterra, es así y por lo tanto esperas ver eso mismo. Al llegar ves que no, pero aún así me gusta estar allí. Bajo por las rocas y voy viendo restos de cenizas. La gente cuando llega aquí quema la ropa a modo de conjuro. El ritual exacto consta de 3 pasos: el primero es bañarse en una playa (no recuerdo el nombre), para liberarte del polvo del camino y empezar limpio; el segundo es quemar la ropa con la que has hecho el camino, para liberarte de lo malo del camino; y el último paso es ver la puesta de sol. Esto se llama "muerte y renacimiento". Ser presente de la muerte del sol, que simboliza el fin de un nuevo día y el nacimiento de otro. Es algo así.
No hay mucha gente. 7 u 8, no más. Veo a un bicigrino con carrito, y 4 banderas.
En el bar de ahí arriba me tomo un café, mientras me quedo absorta en mis pensamientos mirando las rocas, el agua, la espuma blanca y escuchando el relajante sonido del mar.
Vuelvo a bajar por la carretera. La vuelta se me hace más corta que la subida. Siempre pasa. Cuando llego hay un mercadillo. Venden desde ropa, cd's, calzados... Hasta cacholas, chorizos y empanadas. Se me abre el apetito ante tales olores. Voy con mis mallas, mis trekking y mi riñonera. Debo de tener pinta de gitana o algo, porque sin estar detrás del puesto, un hombre me pregunta por las gafas del tenderete...
Hago un par de fotos más. Hay una ancla de mas de 2 metros, en el que hay una inscripción que me pone los pelos de punta. "En lembranza dos que deixaron a vida nesta costa o seu recordo permanecerá como unha ancora no mais fondo dos nosos corazons. Confraria de Fisterra 20/09/97. Ancora do M.V Cason naufragado o 15/09/87"
Tras hacer un poco de tiempo (hasta las 14.45 no sale el bus hasta Santiago), me voy a comer al bar de mi amigo. No tengo hambre como para menú, así que me pido cocacola y carne asada. Al lado hay unos alemanes comiendo. Tienen delante un plato enorme con chipirones y arroz. Se me cae la baba. El hombre se debe de haber dado cuenta porque me pregunta si me gusta y al afirmar, me ofrece. Se lo agradezco pero le digo que estoy esperando mi comida. Sonríe. Llega mi plato con 3 trozos de carne como puños y el fondo de patatas fritas. (Caseras, no congeladas). Madre mía. Está deliciosa. Tierna como la mantequilla. No necesito ni cuchillo para partirla. De verdad, está tremenda. Me despido de mi amigo el del bar, y me desea suerte en la vida. Volveremos a vernos cuando vuelva a pie.
(El restaurante se llama Torreon. Recomendado.)
La parada del bus está justo delante. Mientras espero, echo un úlimo vistazo a todo aquello. Miro mi peregrina, que me ha acompañado desde Astorga. Me entra morriña. Ese autocar ya me saca de mi mundo paralelo. Ya se acaba.
Se acerca un hombrecillo (también es bicigrino) a mirar mi bici. Me mosquea. Al cabo del rato, el chico que vi en el faro, con su carrito y sus 4 banderas, se me acerca y mirando mi bici, incrédulo, me pregunta si con eso he venido. Yo le aseguro que si, y que no he tenido ni un problema. El hombrecillo le dice en inglés al chico, que debo de trabajar para Decathlon. Le digo que no, y que ahí estoy yo con ella. El chico del carrito me dice que muy bien, pero que la próxima vez pruebe con una Mtb. Le digo que muchos HOMBRES con sus MOUNTAIN BIKES, se han bajado de ellas y han subido algunos tramos empujando, mientras que yo, con mi BICI DE MIERDA, he ido subiendo poco a poco sin empujar ni un poquito ese mismo tramo, por lo que, no solamente es cuestión de buena bici. A la vista está y de ello doy fe. Tttss. Me dan ganas de mandarlo a la mierda. Mientras pasa esto, el hombrecillo ríe y sigue diciendo que trabajo para Decathlon y que me deben de pagar por decir eso. Todo esto mirando con indiferencia la bici. Váyase a la mierda, oiga. Les digo con total orgullo, que con esa bici he llegado a donde estoy. Y no hay más que hablar.
El viaje es pesado. Es bonito porque pasamos por toda la costa da morte, pero las ganas de vomitar me acompañan todo el viaje. Cuando llegamos, el chico del carrito y las 4 banderitas me pregunta si me he molestado, y le digo que no. (Aunque estuve a punto de mandarlo a paseo, quien realmente me dio rabia fue el hombrecillo). Me ayuda a preparar mi bici. Me pregunta que dónde voy a dormir y le digo que al albergue de 8€ que me recomendaron en la ofi de peregrinos, pero que primero tengo que ir a enviar la bici. Me acompaña. Llego a la tienda Ultreya, compro 4 cosas y vienen a buscar mi bici. En serio, me da pena ver cómo se la llevan. La echo de menos. No me ha fallado en todos estos días. No ha pinchado, no se le ha trabado la cadena... Ha ido perfecta. Tanto que me la critican y se ha portado de lujo.
Llegamos al albergue y mientras David (el del carrito) se da una ducha, yo escribo el blog (lo de ayer).
Hace unas horas le tenia un poco de rabia a este chico, pero luego me parece encantador. Se llama David, tiene 36 años y es portugués. Ha hecho el camino portugués por una promesa.
Nos vamos a cenar juntos. La idea era ir a tomar algo después, pero pasa lo de siempre, nos tenemos que recoger a las 00.00h. Así pues, damos un paseo después de cenar y a la cama.

HOY SABADO
Estoy en el aeropuerto, esperando que lleguen las 20h para coger el avión. (Anda! Ahí está el hombrecillo que se reía de mi bici)
En breve escribiré mis reflexiones acerca del viaje, que os adelanto, me ha parecido extraordinario.