DIA 11, CACABELOS-TRIACASTELA (completo)

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Me quejaba yo hace unas etapas, de lo llano que había, bla bla bla. Pues tela hoy. Nada más empezar, una subidita, tranquila por eso. Nos hemos parado a desayunar en un bar muy chulo, medio de diseño medio peregrino. En su terraza, había un par de bicis oxidadas, como decoración. Sonaba música, súper relajante, chillout seguramente. El hombre del bar, de unos 40 y algo, estaba un poco nervioso ante tanto peregrino. Como atabalado. Ya ves tu, si el "cafe con leche" lo echa desde dos jarras, y las tostadas ni las tuesta... TOSTADAS, viene de TOSTADO no? Pues creo que este señor no entiende el concepto. El "cafe con leche" era leche sucia con azúcar. Ésto sí lo critico, porque aquí lo cobran, y nada barato para ser lo que es.

Seguimos subiendo un poquito. El paisaje empieza a cambiar, se nota que estamos llegando a Galicia.

Villafranca del Bierzo es muy bonita.

En Pereje, (y antes también) ya cambian la J por X, con un tachón y spray negro. Eso es que se sienten gallegos.

Me empieza a entrar el hambre, así que paro en un pueblo y me compro una barra de pan y un paquete de chorizo. Arranco un cacho, y con las manos mismas me hago un bocata. Andando con la bici, me lo voy comiendo. Qué bueno el pan, oye.

Un pelín más adelante, me aprieta la bufeta y paro a tomar un café con leche (aquí es tamaño cortado) Llamo a mi Rata y cojo fuerzas, mentalmente, para subir O' Cebreiro. Nos habían dicho que yendo por el camino, hay que empujar la bici por zonas duras de narices. Eran las 12 y poco, y pienso: si tengo que empujar, prefiero empujar por carretera que por montaña con piedracas. Tendiendo en cuenta el sol increíble con su calor, que caía, decido subir por carretera. Marchas 1-1, y pimpam, voy subiendo. Empiezo a chorrear por cada poro de mi piel. Paro, bebo agua. Sigo subiendo con mi 1-1. Un insecto no identificado, me ataca constantemente a los ojos. Os lo juro. No dejaba de rondarme los ojos (las gafas? En la alforja. Pensé que la había perdido). Era bastante incómodo. Me sudaban hasta los ojos, así que unos 2 o 3, de tanto acercarse, se quedaban pegados y perecían en mí. Que se jodan. (pobrecicos)

Pues como una campeona, me demuestro a mí misma que puedo. Llego arriba del todo, tras solo haber parado alguna vez a beber agua. Todo el rato con 1-1. Muy despacio, sí, pero consigo empezar la subida y bajarla, montada en mi bici. Aunque obviamente, el camino es más duro, la carretera por la que desvían a los ciclistas, tenía tela también. Me siento fuerte.

La recompensa llega pronto. O'Cebreiro estaba en fiestas, así que mogollón de casetas de feria adornan el pueblo. Quería ir a comer a Casa Carolo, tras la recomendación de varias personas, pero viendo esos pucheros de cobre con pulpo dentro, patas de jamón enteras dentro de perolas... Digo, aquí como hoy! Tiro la bici al suelo y me siento en una mesa con bancos, donde ya había gente sentada. Pido pulpo y lacón. El pulpo... Buf. Delicioso. El lacón, un poco seco, pero con un sabor... Dios mío. Me pongo como la tía Kika comiendo pulpo, lacón y pan. No dejo de pensar en mi familia otra vez. Sentada ahí, veo a mi mami, a mi tete, y a mi papa. Comiendo pulpo los 4. Como hace unos años. Casualidad otra vez, pienso en mi padre bebiendo vino, y con gotillas de vino en el pecho, y en ese momento pasa un señor, con su camisa, su chaleco azul de punto, y sus cuatro gotas de vino en el pecho. No puedo evitar reírme. Qué a gusto habrá comido el hombre. Casi como yo. Nos levantamos llenos y vamos andando con la bici buscando la salida. Damos con un picoleto, muy guapo y simpático, y le pregunto dónde narices está el cartel verde de "Comunidade de Galicia. Provincia de Lugo", ya os dije que me gustan mucho (y éste aún más), y nada, está unos 10km por detrás, por la carretera principal. Nosotros no vinimos por esa. Me quedo sin la foto y sin el subidón que me hubiera dado el verla.

Vamos tirando y llegamos hasta Hospital de la Condesa. Sólo quedaba una plaza en el albergue. (ya habíamos subido el Alto de San Roque). Sólo nos queda la opción de subir hasta el albergue del Alto de Poio. Otro Alto más, jod*r, ya está bien por hoy, no? Pues llegamos arriba, y un señor muy gracioso, con su cervecita en la mano y asomando su barriga bajo la camisa, nos dice: -"A Triacastela, no?" Y yo que no, que ahí nos quedábamos. -"Pero si Triacastela es todo bajada! Y con bici? Nada! En media hora estáis ahí. -"Bueno vale, pues bajamos a Triacastela, pero como no sea bajada, subo y le tiro de las orejas, eh?

Media hora? Y un huevo! Una hora laaaaarga y más, hasta llegar a Triacastela. Claro, fuimos por camino, igual el hombre pensó que bajaríamos por carretera. Unas bajadas, imposibles para mí. Ya empezaba a dolerme las manos de frenar. Dios... Decido bajarme de la bici y así disfrutar de esos hermosos paisajes. En esa tormentosa bajada, perdí la barra de pan que compré por la mañana. (me di cuenta al llegar al albergue)

Me paro a hacer una foto, no hay nadie. Sigo bajando andando, pensando en mis cosas, solamente con el sonido del bosque. Me giro a no sé qué hacer, y me encuentro un bulto. Coño! Qué susto me llevé. Era Chema, un hombre de Simancas con el que también coincidimos el día de la empanada. Nos juntamos los 3 y vamos bajando. Por cierto, os pondré una foto de ese buen hombre, el de la empanada, y de la pulsera que me regaló.

Finalmente llegamos a Triacastela. 2 albergues llenos, en otro solo habia una plaza o habitaciones dobles por unos 40€. Nada nada. Nos vamos. Llegamos al albergue Aitzenea. Muy chulo y con plazas, así que ahí nos quedamos.

Con lo que sudé ayer, la ducha me supo a gloria. Luego fuimos los 3 a cenar. Aiiiisss. Un pote gallego, lomo adobado con patatas fritas. Qué bueno todo, leches. Flan de postre, y a la cama. Este hombre, Chema, es un encanto. Ha venido solo, en bici.

Me dice que puede resucitar una mosca muerta recientemente, con ceniza. No conseguí cazar ni una, qué mala pata.

Nos vamos a dormir, que ha sido un día muy duro.

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